La integracion del cosmos.
Existe un mundo fuera del funcionamiento estrictamente racional. El cerebro humano tiene múltiples capacidades, las cuales no responden únicamente a esta inteligencia. Existe una inteligencia intuitiva que explorar facetas mucho más allá de lo que imaginamos y muy cerca de lo que añoramos como especie humana.
Nuestro cerebro es un tejido de multiples celulas, las cuales estan interconectadas. Del mismo modo el universo, donde en su mayoría es materia oscura donde la masa está conectada y proporciona energía integrándolo todo. En otras palabras no es otra cosa que un gran organismo vivo como nuestro sistema nervioso o nuestras redes neuronales.
Figura 1: Simulación del milenio Max Panck Instituto
Somos parte del planeta y del cosmos lo que significa que es necesario para nuestra evolución como especie la integración del todo, como lo hace nuestro organismo y el mismo universo. Nuestro ADN es el mismo que el de toda la materia de este universo, desde la flora, fauna y todo lo que se encuentra a nuestro alrededor.
Figura 2: redes neuronales del cerebro humano.
Las división de religiones no existe como tal, son solo expresiones culturales detrás de un mismo mensaje: la idea de Dios. Dios es la capacidad de integrar empatizando con todo y cuanto tenemos a nuestro alrededor, para lograr una armonía lejos de una inteligencia racional, que nos lleva en nombre de Dios a accionar política o socialmente.
Nuestra especia aun transita una fase primitiva, con grandes avances de la ciencia y la tecnología que intenten explicar nuestra existencia, pero que solamente puede ser explicable bajo otro conducta. Nuestro destino como especie debe necesariamente alcanzar el estado de atención, observación y discernimiento a través de los sentidos y con ello la integración de un todo.
La humanidad evoluciono en sus inicios a través de la inteligencia intuitiva y con ello desarrollo su capacidad de adaptabilidad. Darwin expreso que la evolución es la capacidad de adaptación. En la antigüedad la cultura egipcia ya explicaban con su simbología del ojo de horus, los seis sentidos incluyendo el cerebro como uno más.
Integrando todos los sentidos, descubriremos que el tiempo, ese preciado tesoro, es relativo. Sabemos
que esto no es una novedad dado que lo hacemos de manera inconsciente cuando estamos de vacaciones donde el tiempo trascurre diferente que cuando trabajamos.
La ecuación espacio-tiempo se extiende en tanto integramos el entorno y con ello la indescriptible sensación de plenitud.
Respirar más allá de permitirnos vivir, nos da la oportunidad de ser plenos. Esa plenitud, no solamente actúa como placebo, es evolución y conocimiento. El despertar de otra era.
Jean Pierre Garnier Malet, el padre de la teoría del desdoblamiento ha descubierto que todos los cuerpos están compuestos por moléculas capaces de desdoblarse en tiempo y espacio. Lo que significa que tenemos un yo "consciente" y otro "cuántico" el cual se desdobla en otra realidad, quien nos brinda el un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama hiperincursión y está perfectamente demostrada.
Existe otra propiedad conocida en física: la dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar informaciones a velocidades ondulatorias. En el sueño paradoxal, cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da el intercambio entre el cuerpo energético y el corpuscular. Y es ese intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que hace que al día siguiente su memoria esté transformada. El intercambio se realiza a través del agua del cuerpo. Ese intercambio de información permanente es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición.
La conclusión es: "No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que los demás pensaran en hacerte a ti". No es una ley moral ni filosófica, es una ley física.
Nuestra esencia como seres humanos inteligentes es ir mucho más allá de lo que nos propone la razón. Nos ha permitido desarrollarnos intelectualmente, sin embargo hemos llegado a una encrucijada donde necesitamos un cambio de paradigma para resolver problemáticas globales. La razón se entusiasma con los debates y allí todo vale. Hasta incluso hemos manipulado el mismísimo amor, reduciendo el comercializandola socialmente y nos hemos olvidado de explorar toda su enorme capacidad y alcance.